ARAÑAS VASCULARES Y VARICES

Las teleangiectasias de las piernas (también llamadas arañas varicosas) suelen presentarse de manera aislada en pacientes que no sufren molestias en las piernas y su evolución es benigna en la mayoría de los casos, por lo que la preocupación suele ser estética.

Una señal de alarma es la aparición de calambres, hormigueos e hinchazón en las piernas y lo adecuado, en estos casos es realizar un estudio ecográfico específico para descartar que no exista también un fallo en el retorno de la circulación venosa de las piernas.

Frecuentemente, estas arañas vasculares se localizan en zonas donde apenas hay tejido celular subcutáneo, como acurre en los tobillos, lo que hace que adquieran mayor relieve y queden expuestas a roces o traumatismos que provoquen su sangrado o ulceración. Es en estos casos cuando su tratamiento es más que recomendable.

La Enfermedad Venosa Crónica tiene un rango amplio de manifestaciones, las teleangiectasias tienen hasta 0.1 mm de diámetro y suelen adquirir un color rojizo o violeta. Las varices reticulares son algo mayores, entre 0.1-0.3 mm y su color es verdoso.

Ambas constituyen el estadio más leve esta patología. Las varices de mayor tamaño son las varices tronculares (que pueden alcanzar incluso 20 mm de diámetro) y son fruto de estadios muy avanzados de esta enfermedad.

Cuando no existe alteración del sistema venoso de las piernas, las teleangiectasias y las varices reticulares se pueden tratar directamente. La Guía Europea de Escleroterapia recomienda especialmente para este tipo de varices la escleroterapia con espuma. Con el láser se puede completar el tratamiento para optimizar los resultados si es necesario.

Es un tratamiento seguro y poco agresivo que puede realizarse en consulta, sin anestesia y con buenos resultados. Los pacientes no deben interrumpir su trabajo, sus actividades deportivas o su vida diaria

Esto depende de la cantidad de varices, del tipo de varices y también del tipo de piel que tenga el paciente. Es muy importante seguir las recomendaciones durante el tratamiento: hidratar la piel, uso de media compresiva, evitar el sobrepeso y la exposición al sol. Es por esto que este tipo de tratamiento se debe iniciar en otoño, y el número de sesiones oscila de 1 hasta 4-5 sesiones como máximo para llegar a la primavera con unas piernas más bonitas.

Como la enfermedad venosa es crónica y progresiva, en pacientes jóvenes tratados de varices, puede que, con el paso de los años puedan volver a tener varices en la misma u otra localización por su predisposición genética. La prevención aquí es crucial, si incorporamos a nuestra rutina hábitos saludables se minimiza el riesgo de que aparezcan de nuevo. Evitar permanecer mucho rato de pie sin moverse, disminuir de peso, dieta rica en fibra para evitar el estreñimiento, no cruzar las piernas cuando estemos sentados, evitar la exposición prolongada al calor, levantar las piernas cuando estemos sentados durante 10-20 minutos varias veces al día representan un beneficio indudable, hacer deporte suave: caminar, nadar, bicicleta, etc.