“Nada hace más bella a una mujer que la creencia de que lo es” Sophia Loren.
Me parece perfecto que nos guste cuidarnos, que nos guste que nos vean bien, que nos preocupemos de nosotras mismas… pero empecemos por el principio, por querernos como queramos que nos quieran y como nosotras solemos querer: ¡A lo grande!
Nuestra autoestima
Si hay algo realmente importante es esta vida es nuestra Autoestima, algo tan simple y a la vez tan complicado como contestar a esta pregunta: ¿Cuánto te quieres?
A mi consulta muchas veces vienen personas increíblemente guapas, aun así se ven mal y quieren hacerse algún tratamiento para verse (si cabe) mejor. Ante mi asombro, les hago esta pregunta sabiendo cual va a ser la respuesta: ¿Te ha recomendado alguien que vengas? No, me contestan. Y ahondando un poco, enseguida me doy cuenta de que lo que necesita esta persona es un poco de amor propio, quererse más.
Por muchos tratamientos que nos hagamos, por mucho que nos maquillemos, que nos vistamos de Prada… si tú no te quieres y no confías en tus posibilidades, no irradias belleza.
Considerarnos únicas e irrepetibles nos da una seña de identidad sin igual y debemos sacarle todo el jugo a esa virtud que nos distingue.
Pero ¡Ojo! Como diría mi madre, ni mucho ni poco, en su justa medida. Tampoco se trata de ir mirando a todo el mundo por encima del hombro porque eso es… otra cosa.
Confianza en uno mismo
“Nada hace más hermosa a una mujer que creer que es hermosa” continuó Sophia Loren hablando de la belleza y casi cinco décadas después, empiezan a ponerse de moda talleres con grupos reducidos de mujeres donde se enseña a ponerse “guapa por dentro” y en los que se trabajan la asertividad, la comunicación y la gestión de emociones con la ayuda de coaches expertas, como en Zaragoza, donde Patricia Navarro trabaja de coach emocional.
Primera lección de belleza (mental) por Patricia Navarro
Es curioso porque la Autoestima depende de nosotros y la valoración que nos hacemos de nosotros mismos, pero cuando hablamos de ella, casi siempre lo hacemos en negativo: «tengo la autoestima baja«. Nos acordamos de ella cuando tenemos sensaciones y valoraciones que no nos dejan en buen lugar: «no me gusto, no soy capaz, no valgo, no me veo bien, nadie me quiere o no se fijan en mí, me siento frustrada».
En esta idea que construimos de nosotros mismos, influyen opiniones ajenas, vínculos afectivos de la infancia, experiencias, creencias, rasgos de nuestro carácter, logros que alcanzamos o cosas que poseemos, valores culturales… y no nos damos cuenta que ya somos valiosos. Independientemente de lo que hagamos, logremos, tengamos o con quien estemos, somos seres completos e inconclusos pero nada ni nadie nos da más valor porque ya somos.
Podemos jugar mal al tenis pero no por eso somos malos en deporte, podemos suspender un examen pero no por eso somos malos en los estudios, se puede romper nuestra pareja pero no significa que no nos quieran o no valgamos.
La psicóloga estadounidense M. Ainsworth demostró que el impacto de la relación entre madres e hijos es tan significativo que la naturaleza de esta unión durante los dos primeros años de vida va determinar el estilo de relacionarse de las personas en su edad adulta. Según ella, para el niño resultan vitales las primeras señales de aprobación, de reconocimiento y afecto que les comunica un padre porque para él constituyen una fuente fundamental de seguridad y auto evaluación. De ahí que la calidad de los cuidados y atenciones que durante la infancia establecen los progenitores con sus hijos tengan un impacto vital en el concepto que los niños forjan de sí mismos.
Quererse a si mismo
¿Sabes si hay antídoto? Bueno, lo primero que te preguntaría sería: ¿qué estarías dispuesto a hacer para valorarte de manera positiva, para verte, para quererte y no identificarte con lo que tienes o lo que dicen o sienten las personas que están a tu lado? Porque ese es el primer paso: Querer-te
Aumenta tu belleza interior hasta 90%:
- Encuentra todas tus buenas cualidades, recuerda momentos de éxito personal, de logros en tu vida por pequeños que te parezcan (tener presentes buenos pensamientos te ayudan a valorar tu persona y elevar tu autoestima).
- No te compares con los demás (piensa qué valorarían otros de ti…).
- Esfuérzate para mejorar y superar aquello de lo que no estás satisfecho.
- No te ancles al pasado (todos podemos cometer errores pero lo importante es aprender de ellos y no quedarnos con el victimismo).
- ¿Cuál es la raíz de esa falta de autoestima? porque encontrarla hace que lo desdramaticemos, que lo entendamos, aprendamos, perdonemos y sigamos adelante.
- Es útil que identifiquemos lo que nos gustaría cambiar de nosotros mismos, qué nos gustaría lograr, establecer metas y esforzarnos en llevar a cabo esos cambios. Y para este camino es muy positiva la figura de un coach que te acompaña a hacerlo.
Visita la página web de Patricia Navarro
No olvides que la verdadera belleza es una actitud y tú eres increíblemente preciosa cuando eres auténtica.