¿Cuántas veces hemos oído aquello de que la piel tiene memoria? Desde el momento en el que nacemos, nuestra piel comienza a recibir radiación solar y, a lo largo de los años, eso va sumando. El sol nos aporta vitaminas que necesita nuestro cuerpo pero hay que saber coger lo bueno de él y evitar sus efectos nocivos.
Un recuerdo poco grato
Una quemadura será siempre una zona de la piel dañada, por mucho que parezca que está regenerada. Además, las manchas que van apareciendo no se van a ir porque dejemos de exponernos al sol. La única solución para eliminarlas es tratarlas y tomar precauciones para que no aparezcan otras nuevas.
Madre y piel, sólo hay una
Madre solo hay una al igual que piel, por lo que es importante que la cuidemos. Tenemos que dejar de pensar en el protector solar como algo que debemos utilizar únicamente cuando vamos a la playa o a la piscina, porque la realidad es que todos los días nos exponemos al sol. Los rayos UVA están presentes durante todo el día y a lo largo de todo el año, de ahí la importancia de estar protegidos constantemente.
Protegida, hidratada y maquillada en un solo gesto
En la actualidad, muchas de las cremas hidratantes faciales y bases de maquillaje incluyen un factor de protección solar, por lo que la tarea de proteger nuestra piel, incluso en invierno, resulta mucho más sencillo. No obstante, no hay que olvidar que en cuanto llega el buen tiempo, hay que extremar las precauciones: el verano es un período en el que nuestra piel sufre mucho y por lo tanto es necesario prepararla para este momento.
Tres pasos para preparar tu piel para el sol
Durante el verano, la piel se expone a numerosos agentes agresivos, entre los que se encuentran la radiación ultravioleta, el cloro o el salitre. Por eso es fundamental prepararla para que, cuando llegue el momento de pisar la playa, la piscina o la montaña en vacaciones, sufra lo menos posible. ¿Quieres saber cómo? Nosotros te damos las claves para preparar tu piel para el verano en 3 sencillos pasos:
- Exfoliación. Limpiar correctamente la piel y eliminar todas aquellas impurezas que ha podido acumular durante el invierno, cuando no está tan visible y la descuidamos un poco, es lo primero que debemos hacer. Puedes exfoliarte con un producto especial en casa o hacerte un tratamiento de exfoliación profesional en un centro de belleza como el de Ella´s en Zaragoza.
- Hidratación profunda. Como hemos dicho, en invierno tendemos a descuidar la piel, por lo que es muy habitual que, cuando llegue el buen tiempo y toque mostrarla, presente un aspecto seco y escamoso.Una vez que la hemos librado de impurezas gracias a la exfoliación, toca hidratarla para aportarle suavidad y luminosidad. Existen tratamientos medico estéticos que devuelven la hidratación, luminosidad y firmeza a la piel en una sola sesión. Los resultados son espectaculares. Además siempre hay que usar una crema hidratante que cubra las necesidades que tiene nuestra piel.
- Exposición gradual al sol. Una vez que la piel esté exfoliada y bien hidratada, lo mejor es que empieces poco a poco a tomar sol con un acercamiento gradual a los rayos UVA. Tienes varios meses por delante desde que llegan los primeros rayos de sol en primavera hasta que al fin llegan las ansiadas vacaciones, así que aprovecha los fines de semana o algún momento libre que tengas para que tu piel se vaya acostumbrando a los rayos solares y no sufrir quemaduras o insolaciones como consecuencia de una exposición demasiado agresiva. No olvides los horarios más adecuados para broncearse ni que en los días nublados, aunque parezca mentira, los rayos del sol también están presentes.
Adiós manchas
Como hemos dicho al principio, una vez está dañada nuestra piel, tendremos que tratarla para que esas manchas desaparezcan. Hoy en día, existen tratamientos capaces de eliminarlas por completo pero es recomendable esperar a realizarlos cuando no vayamos a exponernos al sol, o sea entre octubre y mayo.
- Peeling químico profesional
- Luz pulsada
- Láser IPL
Protectores solares que se adaptan a cada tipo de piel
En la actualidad existen multitud de protectores en el mercado que se adaptan a las necesidades particulares de cualquier tipo de piel. Además de cremas con texturas muy ligeras, las hay también que aportan color, cobertura e hidratación para que tomar el sol no esté reñido con estar guapa/o y protegida/o.
Los especialistas recomiendan aplicar el protector solar 30 minutos antes de la exposición solar y repetir la aplicación frecuentemente, teniendo en cuenta el tipo de piel. Además, es importante no tomar el sol en las horas de mayor riesgo: de las 12 de la mañana a las 15 de la tarde.