Todos los años, esté donde esté, para mí es tradición en estas fechas escribir una carta de deseos.
Una carta donde empiezo escribiendo todo aquello que quiero dejar atrás del 2015, muy pocas cosas este año, por cierto.
Y termino escribiendo una lista de deseos para el próximo año. No es una lista de propósito que nunca se cumplen, sino deseos para mí y para todas las personas que me rodean.
Deseos cumplidos
Tener mi propia consulta era uno de mis deseos para este año y el sueño de mi vida, y el 2015 lo hizo realidad. Todavía no hace un año desde que puse mi “laboratorio de sueños” en marcha, y no puedo estar más contenta y más orgullosa del trabajo que estamos realizando, gracias a vuestra confianza.
Lo llaman suerte
La constancia y la profesionalidad de todo el equipo que me acompaña, sobrepasan día a día todas mis expectativas. Podría decir que he tenido mucha suerte y es verdad, pero si me paro a pensar dos minutos, más que suerte lo llamaría cariño y constancia.
Porque cuando las cosas se hacen con ilusión y cariño, se nota. Y ese mismo mimo es con el que luego nos pagan las pacientes y se convierte en nuestra mayor recompensa.
La mejor compañía
Soy muy optimista porque creo que así se vive el doble, pero tengo que reconocer que cuando pones entusiasmo y amor en lo que haces, la vida te recompensa. Tengo el lujo de compartir consulta con la Dra.Conchita Pinilla, una de las mejores cirujanas y la mejor compañera que he podido elegir. Una gran profesional con un corazón de oro.
Cada día una experiencia.
A las 7 cuando me suena el despertador, me levanto con sueño pero con muchas ganas, con energía y con una sonrisa. Todos los días me pregunto que me deparará el día.
Cuando llego a la consulta, cada jornada laboral es una experiencia distinta. Me encanta escuchar cada una de las historias que rodean vuestra vida. Ningún día es igual al anterior, y cada tarde me voy a casa con la sensación de haber disfrutado haciendo lo que más me gusta.
Trato personalizado con resultados únicos
La filosofía de nuestra consulta se basa, sobre todo, en personalizar cada uno de los tratamientos, porque las personas son únicas. Antes de realizar cualquier tratamiento, necesito conocer, aunque sea un poco, que os preocupa, cuáles son vuestras prioridades o a que dedicáis vuestro tiempo, sólo así podemos saber qué necesita y lograr resultados gratificantes. Gracias a esta filosofía los tratamientos ayudan a mejorar a nuestros pacientes físicamente y les aportan personalidad.
¿Cuál sería el mejor regalo que podría tener?
No me hace falta pensar ni un minuto para llegar a la conclusión que el mejor regalo que he tenido este año, ha llegado mucho antes de Navidad. Llega cada día en forma de trabajo y buena compañía.
Puede sonar un poco tópico, pero cuando miras alrededor y por suerte, la vida te sonríe, no puedo pedir otra cosa que seguir creciendo como persona y como profesional al lado vuestro.
Mi mejor regalo está Navidad sin suda, eres tú. Gracias
