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Somos seres de impulsos. Un fiel reflejo de esto es cuando llegamos al supermercado para llenar la nevera. ¿Son los carros cada vez más grandes de casualidad? La respuesta es No, en una gran superficie comercial la única casualidad es que nosotras/os estemos allí.

Hacer la compra

Cuatro reglas de oro antes de entrar por la puerta del “super”

  1. Llevar la lista de la compra hecha en casa.
  2. Hacer la compra con el estómago lleno.
  3. Intentar ir solo/a.
  4. Llevar un presupuesto para esa lista e intentar pagar con tarjeta.

Hacer la compra es un acto que hacemos, por lo general, de manera cotidiana y la normalidad nos lleva a centrarnos en lo que queremos meter al carro sin pensar más. Alrededor de un producto hay miles de opciones que debemos conocer y que no nos tienen que imponer. No os podéis imaginar la de cosas que os debéis de fijar antes de estirar el brazo y coger.

David contra Goliat

Como os he dicho, en los supermercados analizan todo al milímetro, y es lícito porque su objetivo es vender y que tú lo compres. A pesar de esto y con ello, debemos conocer cuáles son sus principales estrategias de marketing:

  1. Debemos ser más fuertes que todos aquellos productos que por su embalaje nos entran por los ojos… dicho sea de paso, yo me los llevaría todos.
  2. Artículos frente a los ojos. Ellos saben lo que nos gusta y nos lo ponen a la altura de los ojos, sin embargo, aquellos productos de primera necesidad y por los que muchas veces vamos al super como excusa, nos los ponen al fondo de la tienda. ¿Casualidad otra vez?
  3. Ya han vuelto a cambiar la leche de sito. Si hay una estrategia digna de mención alrededor de un supermercado, esa es la del paseo. Ir cambiando los productos de pasillo periódicamente para que tu recorrido sea mayor y veas “otras cosas”.
  4. Nunca encuentro lo que necesito. Y ellos se encargarán de ponerlo en el último lugar donde puedas buscar. No se trata de esconder los productos imprescindibles pero sí de ponerlo estratégicamente lejos.
  5. Desorden en las ofertas. Esta es la misma estrategia que utilizan en las grandes tiendas de ropa. De repente y únicamente en la sección de ofertas o artículos rebajados se encuentra el “caos” más absoluto.
  6. La tentación en las cajas. No iríamos nunca a un pasillo a buscar chicles o caramelos de menta, pero si esperando en la fila para pagar, nos los encontramos…picamos! ¡Por lo menos yo!

¿Sabes leer las etiquetas?

Muchas veces no lo hacemos y en las etiquetas de los productos nos dan las claves para comprarlo o para diferenciarlo de otros parecidos. Nos dan la información nutricional de ese alimento. ¿En que nos debemos fijar?

Etiqueta nutricional

  • Grasas. Nos están hablando de grasas saturadas, poco saludables.
  • Hidratos de Carbono. Este apartado nos informará de los azúcares añadidos al producto, lo necesite o no. Normalmente estas cantidades nos las dan por 100gr de producto por lo que si vamos a tomar más hay que multiplicar.
  • De más a menos. Para saber que ingredientes lleva y en que cantidad, en el etiquetado siempre vienen ordenados de mayor a menor cantidad presente.
  • Caducidad y consumo preferente. No es lo mismo y más de la mitad de la población se confunde.
  • Consumo preferente. La llevan aquellos productos que no se estropean muy pronto como la leche, los huevos, los yogures, conservas… Indica únicamente que pasada esa fecha es totalmente seguro comerlo pero podría haber perdido parte de sus propiedades.
  • Caducidad: Indica la fecha límite hasta la que un alimento es seguro. Después de esta fecha no se debe consumir. Solemos encontrarla en alimentos muy perecederos como productos frescos en crudo.

En este caso, justo al lado de la fecha de caducidad nos indicarán como debemos mantenerlo.

¿Os ha servido de ayuda? Cuéntanos tus trucos a la hora de comprar.

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